
Escuchas a todo mundo hablar de las maravillas y los beneficios de la lactancia materna. Tienes una gran ilusión de establecer ese vínculo con tu bebé. Al fin, después de 9 meses de espera, intentas darle pecho a tu bebé y…¡No te sale leche!. No estás sola, esto es más común de lo que parece y es NORMAL. También es normal que mientras no te salga leche tu bebé llore sin parar. No te sientas mal; si te sientes frustrada, te repito: Esto es NORMAL.
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El problema son las expectativas que has creado alrededor de todos los comentarios e información de la lactancia materna a los que estás expuesta durante el embarazo. Crees que “mágicamente” va a suceder, pero lamento decirte que muchas veces no es así en un inicio.
Si estás pensando en darte por vencida con la lactancia materna y darle fórmula a tu bebé, te invito a que sigas leyendo. La decisión es tuya, y solo tú sabes por lo que estas pasando, pero la mayoría de las veces la información adecuada puede hacer la diferencia.
El primer secreto: entender lo que está pasando con la lactancia materna
¿Qué pasa con tu cuerpo?
Las hormonas juegan un papel crucial en la producción de leche. Las dos hormonas más importantes son la prolactina y la oxitocina que se sitúan en una glándula del cerebro llamada pituitaria. La prolactina es secretada por la glándula pituitaria desde que estás embarazada. Esta hormona se encarga de dar la señal a las células de las mamas para que produzcan leche. Después la oxitocina se encarga de dar la señal a las células para que liberen la leche hacia los conductos mamarios. La oxitocina comienza a secretarse durante el trabajo de parto, e incrementa su secreción cada que alimentas a tu bebé.
¿Qué pasa con tu bebé?
Si observas con atención a un bebé sano en el primer día de vida, te darás cuenta que está muy hinchado y gordito. Esto se debe a que retienen líquidos, además de que tienen una generosa reserva de grasa. Tanto la grasa como el agua retenida, sirven para compensar ese tiempo que te toma establecer una adecuada producción de leche aportándoles energía y líquidos. Además, la capacidad del estómago de los bebés es de 5 ml en los primeros días, e irá aumentando conforme vas produciendo más leche.
¿Y la leche?
La leche se comienza a secretar en la última fase del trabajo de parto en forma de calostro. El calostro es una leche muy espesa, de color amarillento, muy rica en proteínas y minerales. Se produce en pequeña cantidad, aproximadamente de 4 a 8 mililitros por toma, suponiendo que tu bebé come cada 3 horas, pero en los primeros días la cantidad puede ser mucho menor. Recuerda que la capacidad gástrica de tú bebé también es muy pequeña. Después del sexto día de vida de tu bebé comenzarás a producir leche de transición la cual es menos espesa y se produce en una cantidad de hasta 500 mL por día. Al cabo de dos a tres semanas de vida de tu bebé, vas a producir la leche madura cuyo rango de producción es desde 600 hasta 1200 ml por día.
Como podrás ver, tu cuerpo y el de tu bebé se alinean para que tengas tiempo suficiente de establecer una producción adecuada de leche para tu bebé. Ahora que ya entiendes por qué no te sale leche, o más bien, te sale una pequeña cantidad, puedes estar tranquila de que vas por buen camino y no tienes por qué frustrarte.
Segundo secreto: inicia la lactancia materna en la primera hora y no te separes de tu bebé.

Los bebés que al nacer tienen contacto piel con piel y reciben seno materno durante la primera hora de vida tienen más probabilidad de éxito. ¿Y cómo puedes hacerlo? Simplemente pídele a tu ginecólogo y a tu pediatra que te acomoden al bebé en tu abdomen inmediatamente cuando nazca y naturalmente encontrará su alimento con muy poca ayuda. Esto puede tomar desde unos minutos hasta más de una hora y no es garantía de que saldrá leche al primer intento. Lo que se logra es que establezcas un vínculo afectivo con tu bebé el cual te ayudará a liberar oxitocina, que favorece la secreción de leche hacia los conductos mamarios y que te ayudará a que el útero se contraiga a su tamaño normal.
Después del trabajo de parto o cesárea, lo que normalmente pasa es que se llevan a tu bebé al cunero para hacerle los cuidados iniciales. Cuando te recuperas de la anestesia, te llevarán a tu cuarto y después te llevan a tu bebé. Muchos hospitales durante la noche se llevan a tu bebé al cunero con la buena intención de que descanses y te recuperes para cuando estés en casa. Sin embargo esto puede disminuir tu producción de leche, ya que durante las tomas nocturnas no tendrás ese estímulo.
Solicita estar con tu bebé en alojamiento conjunto. Esto quiere decir que tu bebé esté contigo todo el tiempo mientras estás en el hospital, excepto algunos cuidados y exámenes que le tienen que hacer. Estando con tu bebé producirás más oxitocina y estarás alimentando a tu bebé cada que lo requiera. Podrás ir conociendo a tu bebé y aprender con él. También aprovecha este tiempo para aclarar dudas que surjan durante la marcha con todo el personal que está a tu cargo las 24 horas.
Tercer secreto: conoce las causas más frecuentes de abandono de la lactancia materna y evítalas.
De acuerdo a un estudio realizado en el Reino unido, las tres principales causas de abandono de la lactancia maternal son: sensación de falta de producción (31%), agarre inadecuado (19%) y dolor en en el área del pezón (12%). Te explico qué son y cómo evitarlas.
Sensación de falta de producción
La real falta de producción de leche materna es poco común, solamente le sucede al 3% de las mujeres. El problema es que reciben poca información acerca de la lactancia materna y al momento de iniciar creen que van a producir una abundante cantidad de leche. Ese no es tu caso, ya sabes qué al principio se produce muy poca cantidad de mucha calidad que es el calostro, pero es la que tu bebé necesita. Aún sabiendo esto, lo que sí puede pasar es que no salgan ni siquiera los 4 mililitros por toma, inicialmente pueden salir solamente unas cuantas gotitas, y eso está bien.
Solución: Al principio tu bebé puede requerir ser alimentado de manera más frecuente. Aunque produzcas poca leche, mientras más lo alimentes y lo tengas en brazos más oxitocina generarás. Esto gradualmente aumentará tu producción de leche.
Mal agarre
Un mal agarre (Latch en ingles) puede terminar en una catástrofe, ya que causará que no te salga leche, tengas grietas y dolor en los pezones, tu bebé no va a satisfacer su hambre, no parará de llorar y…. bueno ves a lo que voy.
¿Qué quiere decir un buen agarre? Quiere decir que tu bebé agarre totalmente el pezon desde el exterior de la areola y que la punta del pezón toque la parte posterior del paladar. Así tu bebe va a exprimir tus conductos y ayudará a que baje la leche.
Un error común es que el bebé solamente agarre la punta del pezón, succionando y presionando esta parte. Como consecuencia saldrá una mínima cantidad de leche y causará dolor e irritación de los pezones.
Solución: Logra un buen agarre, te lo explico paso a paso.
Encuentra una posición cómoda y segura.

Toma tu seno con una mano, con el pulgar arriba y los dedos hacia abajo.

Alinea la nariz de tu bebé con la punta del pezón, y que su barbilla toque la parte inferior de la areola. Espera a que tú bebé abra la boca como si fuera a bostezar.

Una vez que abra la boca, pega su labio inferior a la parte más externa de la areola, intenta que su barbilla toque la parte externa de tu seno.

Dolor de las mamas y los pezones.
Las dos mayores causas de incomodidad en las madres que están lactando son: la irritación o grietas en los pezones y mastitis (inflamación del tejido mamario que puede acompañarse de infección). Recuerda que un buen agarre es clave, ya que si solo agarra la punta del pezón no te saldrá leche y te lastimará los pezones. Independientemente de que tengas molestias o no, se recomienda que después de darle de comer a tu bebé, untes unas gotitas de leche en los pezones y la dejes secar. Esto te ayudará a humectar la piel y creará una capa protectora. Si tienes muchas molestias dile a tu médico que te recomiende una crema emoliente. Esta no debe llevar ni antibiótico y mucho menos esteroides.
La mastitis es una inflamación del tejido mamario el cual puede terminar en una infección. La causa principal es la obstrucción de alguno de los conductos, qué si no es drenado puede infectarse por bacterias que entran ya sea por la piel dañada por grietas en los pezones o por bacterias que tu bebé trae en su boca y ascienden por los conductos ¿Cómo se drena? Muy sencillo , continuando la lactancia con un buen agarre y NO debes suspenderla ni siquiera cuando te den medicamentos tomados.
Solución: Minimiza la probabilidad de tener mastitis y grietas en los pezones con un buen agarre. En caso de tener mastitis no detengas la lactancia y recuerda al final de cada toma ponerte unas gotas de leche materna en los pezones.
Cuarto secreto: un baño caliente y masaje te pueden ayudar a iniciar la lactancia materna
Si sientes tus senos llenos de leche, pero estas batallando para que baje, date un baño caliente y ponte compresas tibias antes de alimentar a tu bebé. Ya que estés alimentando tu bebé o extrayéndote leche, masajea tus senos con las yemas de tus dedos desde el exterior hacia el interior. Esto hará que tus senos se vacíen totalmente. Vaciar tus senos en su totalidad hará que aumente la producción de leche hasta un 50% y disminuirá el riesgo de mastitis ya que estarás vaciando los conductos.
Quinto secreto: espérate con el chupón
Si quieres usar el chupón con tu bebé espérate a que tengas bien establecida la lactancia materna, que tarda alrededor de 3 a 4 semanas. Inicialmente los bebés tienen un reflejo de succión, y lo harán con cualquier cosa que les pongas en la boca. El problema aquí es que ellos están aprendiendo del mundo exterior con su boca. Lo primero que tienen que aprender es a comer, ya que tu ya no lo harás por ellos. Dar chupón o biberón sin haber establecido la lactancia materna puede causar confusión en tu bebé y esto puede hacer que rechace tu leche. Cuando nazca tu bebé, dile a tus médicos y al equipo de enfermería que no le den chupón ni biberón a tu bebé para no causarle confusión.
Te dejamos dos secretos extras…
Sexto secreto: acepta ayuda
Primero lo primero: Alimenta a tu bebé, lo demás puede esperar. Para secretar oxitocina y producir más leche las claves son: darle leche materna a tu bebé y estar con él. El solo cargar a tu bebé te dará esa sensación de «mariposas en la panza» qué es un efecto de la oxitocina en el resto de tu cuerpo. Si te ofrecen ayuda, haz que esa ayuda te permita estar más tiempo con tu bebé. Delega esas tareas que te quitan tiempo con tu bebé, recuerda que el tiempo con tu bebé es sagrado y hará que tengas una mayor producción de leche. La familia y amigos ya tendrán más tiempo para disfrutar al bebé, por el momento la prioridad es establecer la lactancia materna.
Séptimo secreto: ¡NO te detengas!
Una vez que nace tu bebé tienes que sacarte leche mínimo 8 veces en 24 horas (… y sí, incluye la noche), ya sea alimentando a tu bebé o con un extractor de leche. Recuerda que esa leche que te extraigas la puedes guardar y usarla después. Aún y que estes separada de tu bebé a la hora de una o varias tomas, deberás extraerte leche cada 3 horas. Si no te extraes leche, tu cuerpo recibirá la señal de que tu bebé necesita menos leche y producirás una menor cantidad. Existe la falsa idea de que estar enferma o tomar medicamentos puede hacerle daño a tu bebé. Esto causa que muchas mamás suspendan temporalmente la lactancia cuando no es necesario.
Una enfermedad viral NO contraindica la lactancia materna. Si tienes alguna infección viral, tu periodo de contagio es desde antes de que tengas síntomas. Esto quiere decir que tu bebé también ha estado en contacto, y es muy tarde para prevenir que se enferme. La buena noticia es que a través de la leche materna le vas a transmitir defensas a tu bebé para que pueda combatir esa infección si es que se llega a enfermar.
Podemos contar con los dedos de una mano medicamentos que son contraindicación absoluta de la lactancia materna. En caso de que tengas duda puedes consultar LactMed una plataforma muy confiable donde puedes revisar si lo que estas tomando es seguro para tu bebé. Aún y tomes el medicamento más tóxico, ¡NO pares la producción! Sigue extrayéndote leche y deséchala hasta que suspendas el medicamento y pase el tiempo suficiente para que sea eliminado de tu organismo.
Conclusiones
Tu bebé va a recibir muchos beneficios de la lactancia materna, y es algo qué estoy seguro vas a lograr con éxito. Si aún estas embarazada lo que puedes hacer en este momento es comenzar a planear con tu ginecólogo y tu pediatra (cuando lo conozcas) como establecer el contacto piel con piel y la lactancia en la primera hora de vida. Si ya nació tu bebé y estás batallando para establecer una buena producción, empieza con un buen agarre, no olvides el masaje y un poco de calor. Muchos bebés se están beneficiando de la leche materna, ¡El tuyo no tiene por que ser la excepción!
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